Orquestra Simfònica del Vallès / Brincadeira
Intérpretes: Cor de Cambra de Granollers y Cor Lieder Camera; Rosa Torres Pardo, piano Director: James Ross
Lugar y fecha: Palau de la Música (23/IX/2017)
JORGE DE PERSIA
Se acaba de conceder a la pia nista Rosa Torres Pardo el pre mio Nacional de Música; galar dón indudablemente merecido dada su gran labor artística en torno a nuestros compositores históricos y actuales. Son de re ferencia tanto su interpreta ción de la suite Iberia como las Goyescas. Enhorabuena.
Fiestas de la Mercè y más co sas, el sacralizado espacio de la música clásica acogió como preludio e intermedios a la No vena de Beethoven al grupo musical de percusión Brinca deira, que abrió la sesión con el Concert per a piano, batucada i orquestra ‘Al límite’ del compo sitor alicantino residente en Nueva York Ricardo Llorca.
Autor de un par de óperas, Llorca experimentó con la ba tucada y escribió esta obra para orquesta clásica y piano, en la que el singular grupo de percu sión dialoga, aunque no interacciona. Es decir, el piano solis ta trabaja con muy buena rítmi ca y pasajes románticos, junto a la percusión de la orquesta y la cuerda, en episodios elocuen tes de perfil minimal, con la in corporación sutil de vientos metal y variedad tímbrica. La batucada abre la obra y el traba jo de la percusión en su des arrollo queda en manos de la orquesta en sí. Es interesante ver cómo los mismos esquemas rítmicos cobran real intensidad en el grupo original, y su reprise orquestal es más plana.
La presencia desde el piano de Rosa Torres Pardo, pianista singular por su expresión, aninó los pasajes centrales. Aprovechando la presencia de Brincadeira, el director Ja mes Ross, titular actual de la OSV, les dejó la difícil tarea de establecer breves intermedios rítmicos entre los movimientos de la Sinfonía no 9, lo que signi ficó un toque de color que quizá en un concierto más formal hu biese descolocado al auditorio.
En este caso se superponían dos planos, la intensidad inte rior, propia del romanticismo en Beethoven, con la exteriori zación de este arte rítmico que promueve la expresión hacia el exterior. Me recordó, si se me permite, un filme de finales de los 80 ,Hombre mirando al Sud este, en el que la Novena sirve, con un imprevisto director para alentar la participación festiva del público en un baile colecti vo. Aquí, en cambio, hubo otros ingredientes; el director Ross es buen conocedor del reperto rio y la técnica orquestal y en buena ocasión hizo que coros y solistas cantasen en catalán la traducción que Joan Maragall dio a conocer en ciclos sinfóni cos en Barcelona a comienzos del siglo XX. Una pena que el programa de mano no diese in formación sobre Llorca y su obra, y sobre esta versión de Maragall de la Novena, cuya in terpretación estuvo en el pri mer movimiento plena de fa llos, con una orquesta poco concentrada y un director que no cuidó dinámicas. El resto fluyó con mayor normalidad, con pasajes destacados (oboe) y homogeneidad en la cuerda, y muy buen trabajo coral. Su pró ximo concierto del 10 de octu bre, en cambio, sí apunta a una buena perspectiva musical, más que de espectáculo como fue esta.